Una mirada económica a la calle San Antón
hace 1 año · Actualizado hace 1 año
La remodelación de San Antón deja a merced de la evidencia unas cuantas perspectivas de carácter empresarial y económica. Por un lado, la sostenibilidad que Europa reclama a las ciudades para avanzar en la lucha contra el cambio climático. De hecho, los fondos europeos que otorga la UE van focalizados en esta línea si bien, los nuevos planes municipales apuntan a una reforma hecha con fondos propios. Un urbanismo más amable, con un mayor protagonismo para el peatón y bicicletas y que pone en el punto de mira el tráfico de vehículos. Y precisamente es este tráfico el que el comercio de San Antón exige mantener, junto a los aparcamientos, para conservar el desarrollo de su actividad.
Es decir, urbanismo amable, sostenibilidad y tráfico conforman una ecuación difícil de resolver. Nadie en San Antón maldice la sostenibilidad. Todo lo contrario. Algunos negocios han emprendido iniciativas para avanzar hacia una sostenibilidad tan razonable como necesaria. Pero no así, aseveran.
El comercio de la vía logroñesa, una de las más comerciales de la capital riojana, observa una futura remodelación en base a los acuerdos que asuman con el nuevo equipo de Gobierno. No se ha concretado aún la definición, pero todo a apunta a que la céntrica calle mantenga un carril de circulación para vehículos y aparcamientos en un solo lado, con aceras más anchas.
Por un lado, los comercios de aquí, los que regentan gentes de Logroño, los que se reforme como se reforme, mantienen firme su intención de seguir con su actividad en el centro de la ciudad. Por otro lado, los establecimientos comandados por cadenas nacionales e internacionales, que tiemblan mucho menos a la hora de decidir un hipotético traslado estratégico.
Desde el Ayuntamiento confían en que este tipo de actuaciones que proporcionan un mayor protagonismo al peatón, van en consonancia con el desarrollo comercial. De hecho, el proyecto reserva un espacio para iniciativas que ayuden en este sentido.
Los comerciantes, por su parte, se refieren a otras zonas de la capital riojana peatonalizadas ya hace años para avalar su teoría de que retirar los vehículos merma la capacidad comercial. Citan así, a modo de ejemplo, María Teresa Gil de Gárate, que actualmente acoge más hostelería que comercio. Incluso en la propia San Antón conviven actualmente establecimientos que huyeron de la zona peatonal de las Cien Tiendas ante la bajada de ventas y que temen ahora, y mucho, una nueva peatonalización.
San Antón, dicen los propios comerciantes, no solo se nutre de clientes de Logroño. Llegan también de municipios de alrededor y si no pueden aparcar, temen que no vendrán. “Cuesta mucho fidelizar un cliente como para perderlo por culpa del aparcamiento”, recuerdan
Como dato, valga mencionar que la céntrica calle comercial del centro de la ciudad genera unos 200 empleos.
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