Las tormentas muestran su peor cara sobre el agro riojano y la viña se resiente
hace 4 meses · Actualizado hace 4 meses
Las fuertes tormentas que han azotado la región de La Rioja durante los últimos días han causado estragos en los viñedos de la Denominación de Origen Calificada (DOCa) Rioja, generando preocupación entre los viticultores y bodegueros de la zona. Las lluvias torrenciales, acompañadas de granizo y vientos fuertes, han dañado significativamente las vides, comprometiendo la calidad y cantidad de la cosecha de este año.
Según la Asociación de Bodegas de Rioja (ABRA), las pérdidas se estiman en millones de euros, afectando tanto a pequeños productores como a grandes bodegas. "Es un golpe devastador para nuestra región", declaró Marta Pérez, presidenta de ABRA. "Las tormentas han causado daños irreparables en muchas fincas, y estamos evaluando el impacto total en la producción".
Los municipios más afectados incluyen Haro, Laguardia y San Vicente de la Sonsierra, donde las inundaciones han anegado los campos y el granizo ha destruido racimos enteros de uvas. Los viticultores trabajan contrarreloj para salvar lo que queda de la cosecha, pero las previsiones no son alentadoras.
La situación ha encendido las alarmas en el sector vinícola, que ya se enfrentaba a retos debido a las fluctuaciones climáticas y la incertidumbre económica. "Estas tormentas son un recordatorio de la vulnerabilidad de nuestra agricultura ante el cambio climático", comentó Pedro López, un viticultor de tercera generación. "Debemos buscar soluciones sostenibles y adaptarnos a estas nuevas realidades".
Las autoridades locales han prometido apoyo a los afectados y se está estudiando la posibilidad de solicitar ayudas estatales y europeas para mitigar las pérdidas. Mientras tanto, la comunidad vitivinícola de Rioja se mantiene unida, buscando estrategias para superar este desafío y garantizar que el prestigio de sus vinos permanezca intacto.
Con la vendimia en un horizonte no muy lejano, la incertidumbre sobre la calidad del vino de este año crece. Los expertos están preocupados por cómo estos eventos climáticos extremos pueden afectar a la industria a largo plazo. Sin embargo, la resiliencia y el espíritu de los viticultores de Rioja siguen siendo fuertes, confiando en que, a pesar de las adversidades, el vino de Rioja continuará siendo sinónimo de excelencia y tradición.
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