Como interjección, voz con la que se incitaba a que cogieran los niños con la boca un higo o alguna golosina que, pendiente de una cuerda puesta al extremo de una caña, tenía un sujeto en las fiestas populares de antaño, especialmente durante los días de Carnaval. Al que trataba de cogerlo con la mano, el hombre del higo le daba un golpe con un palo. Logroño.